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El secreto de sembrar en invernadero es el control de clima. Porque si consigues mantener condiciones ambientales favorables para el cultivo conseguirás con éxito un máximo rendimiento.
Todos los parámetros del clima son importantes, pero hay cuatro elementos dentro del invernadero que debes tener bajo control, son: la temperatura, la calefacción, la ventilación y la humedad relativa.
#1 Temperatura
La temperatura es una magnitud física que indica la cantidad de calor que posee un cuerpo, un objeto o el ambiente. En los invernaderos, para el control de clima, debes vigilar la temperatura del aire o ambiental y la del suelo.
A diferencia de los cultivos al exterior dentro del invernadero se puede llevar un control de la temperatura más preciso. Por lo general en estas instalaciones la temperatura mínima se encuentra entre 10º y 15º centígrados, mientras que la máxima, no suele pasar de los 30º C.
Dentro del control de clima la temperatura debe monitorearse para ajustarse de acuerdo al cultivo producido.
Esto no significa que todas las plantas se puedan o deban cultivar dentro de estos rangos. Debes ajustar la temperatura de acuerdo al tipo de cultivo y su etapa de desarrollo.
Ten en cuenta que el control de la temperatura puede afectar tus rendimientos. Este valor es tan importante que incluso la variación de grados entre horas diurnas y nocturnas puede afectar. Lo ideal es una diferencia de temperatura de entre 5 y 7 grados entre el día y la noche.
Ahora, si bien es importante mantener bajo vigilancia la temperatura del aire, la temperatura del suelo es incluso más importante. Con temperaturas por debajo de los 7ºC las raíces crecen despacio y no absorben bien. En cambio temperaturas muy altas pueden producir estrés hídrico.
Para regular la temperatura debes disponer en primer lugar de sensores de temperatura con los que verificarán los valores de calor. Con esa información podrás usar calefacción o ventilación, dependiendo si deseas aumentar o disminuir la temperatura.
#2 Calefacción
El principal y más eficiente calentador del invernadero es el sol. En la mayoría de los casos es suficiente pero, en ocasiones, hacen falta otros aparatos que complementen su trabajo y aportan más calor. Esos son los equipos de calefacción.
Como te comentamos, tener un control del clima especialmente del calor es importante para un buen rendimiento del cultivo. Entonces, si es necesario más calor debes instalar calefacción.
Existen dos tipos de sistemas de calefacción. El primero es el de generadores de aire caliente que consiste en instalar un ventilador cerca de una estufa de gas o aceite. El trabajo del ventilador es hacer circular dentro del invernadero el aire caliente.
El otro sistema es el de calefacción central con agua caliente. En este sistema se instalan tuberías en el perímetro interno del invernadero dentro de las que circula agua caliente.
Es importante que, independientemente del sistema de calefacción que escojas, tu invernadero posea una buena ventilación y entrada de aire fresco.
#3 Ventilación
Te debes estar preguntando ¿por qué es tan importante la ventilación? la respuesta es simple, porque nos permite un mejor control de clima del invernadero.
La ventilación ayuda a mantener una adecuada tasa de renovación del aire interior, esto permite conseguir niveles óptimos de temperatura, humedad relativa en el aire y una concentración de dióxido de carbono uniforme en todo el invernadero.
Uno de los puntos más importantes del uso de la ventilación es el control de la temperatura. La ventilación ayuda a expulsar el aire caliente cuando hay un exceso de calor o a hacer que circule aire caliente cuando necesitas calefacción.
En el control de clima la ventilación es importante porque ayuda a regular la temperatura y humedad del interior del invernadero.
Igualmente ayuda a regular la humedad y contribuye a evitar la proliferación de plagas y enfermedades.
Los sistemas de ventilación que puedes usar son manuales o eléctricos.
#4 Humedad
La humedad es otro valor importante para el control de clima de invernaderos. Los valores de humedad relativa correctos ayudan a las plantas a metabolizar nutrientes, desarrollarse y dar frutos. Igualmente a mantenerse fuertes y saludables.
La humedad debe conservarse en un rango óptimo porque tanto el exceso como el déficit son perjudiciales para el cultivo.
En condiciones de baja humedad las plantas transpiran en exceso, lo que las lleva a sufrir de estrés hídrico. Esto produce una ralentización o detiene totalmente los procesos importantes de la planta.
Por su parte las condiciones de excesiva humedad tampoco son ideales. El aire se satura de vapor de agua e impide o dificulta el proceso de transpiración de la planta, porque el aire no puede transportar más agua.
Cuando eso ocurre la planta sufre un efecto similar al del estrés hídrico, es decir, se ralentiza o detiene sus procesos. Otro problema de la alta humedad es que crea condiciones favorables para el desarrollo de plagas y enfermedades.
Ahora, ¿cómo vigilar la humedad? usando sensores de humedad relativa.
Conclusión
Una vez escoges el cultivo a tener en tu invernadero, lo segundo más importante es asegurarte de mantener el control de clima. De eso dependerá el éxito de tu inversión y que a final de temporada obtengas máximos rendimientos.
Para esto, tus principales aliados son los sensores. Con sistemas de detección puedes vigilar los valores de temperatura y humedad relativa para luego poder decidir, por ejemplo, si necesitas aumentar la ventilación o encender la calefacción, es decir, disminuir o aumentar la temperatura.
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